LOS ÚLTIMOS PUEBLOS DEL MAR. LOS MWANI
Joan Alemany Llovera
Ahora que en muchos países del llamado mundo desarrollado se está protegiendo el patrimonio marítimo para la conservación de sus embarcaciones históricas o se promueve el desarrollo de la economía azul, es interesante analizar las sociedades para las que la navegación tradicional es una base importante de su economía. En diversos lugares del mundo encontramos comunidades que mantienen la navegación con embarcaciones tradicionales construidas con las maderas que se encuentran a su alcance y que navegan a vela tal como se ha hecho durante muchísimos años. En Bangladés, Birmania, Tailandia o Indonesia, en diversas zonas de África e incluso en el Mediterráneo hay tramos de costa y poblaciones con embarcaciones de madera y propulsadas a vela. No es un patrimonio histórico; es una realidad cotidiana para realizar diversas actividades. Pero son pocas las comunidades donde la navegación con estas embarcaciones y sistemas tradicionales es esencial para sus relaciones y su economía (generalmente de subsistencia). El más numeroso de estos grupos son los mwani, que habitan en un largo tramo de costa de unos 280 km en el norte de Mozambique, entre la ciudad de Pemba y el rio Rovuma, frontera con Tanzania. Frente a la costa continental hay una treintena de pequeñas islas, las Quirimbas, algunas habitadas, que delimitan un litoral con un paisaje marítimo muy hermoso donde se encuentran las aldeas y poblados mwani con unos 100.000 habitantes.
Para esta comunidad mwani la navegación es esencial y vital para el transporte de personas y mercancías pues los caminos terrestres son escasos, no llegan a todas las aldeas y, con frecuencia (en época de lluvias), resultan intransitables. La pesca es la actividad económica más importante y la que aporta la alimentación básica de la población y se realiza también con estas embarcaciones. En estas condiciones, la navegación es más que una actividad muy importante: es imprescindible para las relaciones de la comunidad y para la vida de la población.
Muchos mwani comienzan a navegar y a pescar desde niños. Cuando se les pregunta como aprendieron no saben responder pues para ellos navegar es como caminar; no recuerdan cuando ni como empezaron. Sus embarcaciones (dhows, mashuas o casquinhas son las más habituales) están construidas con maderas de la zona y navegan con vela árabe (similar a la que en Europa llamamos latina) de algodón. Los cabos se confeccionan con fibras de coco o de hojas de palma. En muchas playas se puede ver a los carpinteros de ribera construyendo o reparando las embarcaciones y especialmente en Palma se encuentran los especialistas en la fabricación, siempre artesanal, de los cabos, las esteras o las nasas que se utilizan en la navegación y la pesca.
El sistema de construcción de las embarcaciones es muy ingenioso y original: se planta primero, como en todas partes del mundo, la quilla y las rodas de proa y popa para, a continuación -y aquí reside la originalidad- dar forma al futuro casco con un sistema de cañas de bambú. Los siguientes pasos son cortar y colocar las cuadernas, el forro y, por último, la cubierta, el palo, el botalón y el resto del aparejo para la vela. Así se construyen los grandes dhows y mashuas dedicados al transporte de mercancías y personas y a la pesca profesional por toda la costa. La mayoría de casquinhas, la más pequeña de las barcas, de un solo tronco de árbol, son autoconstruidas o vendidas a precios bajos. Se cuentan por centenares y pueden observarse en todas las aldeas mwani. Tienen una función esencial: son la base del sustento de miles de familias que las dedican a la pesca profesional (consumo y venta de pescado) o para obtener diariamente unos pocos peces para el autoconsumo. En todos los casos la navegación tradicional constituye un sistema completamente sostenible que además no produce residuos que impacten negativamente en un medio natural de gran belleza y una calidad ambiental extraordinaria. En los últimos 15 años estas formas seculares de construir las embarcaciones y de navegar conviven con la introducción cada vez más evidente de los motores fueraborda instalados en los mismos tipos de barcas de construcción artesanal y con un creciente (pero todavía limitado) número de cascos de fibra.
La costa mwani es una costa baja de manglares y playas, sin grandes accidentes que puedan identificarse fácilmente desde la mar. Todo el litoral está sujeto al régimen regular de los monzones, con vientos de NE a SW en el largo verano austral (diciembre a marzo) y de SW a NE en el invierno (mayo a septiembre). A este régimen estacional monzónico que también determina las corrientes marinas y la época de lluvias, se superponen vientos locales y corrientes que no van en la misma dirección. En toda la mar mwani, las fuertes dinámicas litorales de sedimentos han formado peligrosas barras y numerosos bajos de arena que se desplazan y suponen un peligro para la navegación. Por último, las mareas en unas costas con cotas batimétricas bajas producen unas fuertes corrientes y la retirada y retorno de la mar a centenares de metros de los puertos naturales y los frentes marítimos de las aldeas. Todos estos elementos naturales comportan que la navegación no es fácil por toda esta costa. Los nahoda (capitanes de las grandes embarcaciones) no disponen de instrumentos de navegación ni cartas náuticas; es muy difícil sino imposible distinguir accidentes geográficos que permitan identificar los puertos o aldeas de destino; por último, no es fácil calcular el nivel de la marea para la llegada en el puerto de destino. A pesar de todas estas condiciones los nahoda y marineros gobiernan con habilidad y precisión las embarcaciones de vela entre puertos y aldeas distantes. Sus conocimientos dan seguridad a las travesías. El principal y más frecuente percance es embarrancar en algún bajo, cuestión que se soluciona maniobrando con pértigas de bambú y/o moviendo los pasajeros o las cargas dentro de la barca. Es un placer navegar y aprender con los marineros mwani.
INAUGURACIÓN DE LA EXPOSICIÓN Y PRESENTACIÓN DEL LIBRO “LOS MWANI, UN PUEBLO DEL MAR”
El libro “Los mwani, un pueblo del mar” expone y analiza, por primera vez de una forma global, las características de esta sociedad tan vinculada y dependiente de la mar y, de forma detallada, sus embarcaciones, la forma de navegar y sus actividades marítimas. El texto se acompaña con más de 100 fotografías originales. Además de la presentación del libro en el Museo Marítimo de Barcelona se realiza una exposición con sus principales fotografías en la galería Valid Foto.
Todo lo que se consiga con la venta del libro (35 Euros) y de las fotografías (250 Euros la de 40×30 cm) va destinado íntegramente a la Fundación Ibo, entidad que mantiene diversas actividades (Centro Nutricional, Escuela de Oficios, Taller de Carpintería, Hotel para la formación turística) en la isla de Ibo, centro y capital cultural del mundo mwani.
EXPOSICIÓN DE FOTOGRAFÍAS
INAUGURACIÓN: 18 DE ABRIL 19,30. GALERIA VALID FOTO. Exposición del 18 de abril al 18 de mayo
Calle Buenaventura Muñoz, 6. Barcelona. Tel 93 486 98 06.
PRESENTACIÓN LIBRO
25 DE ABRIL, 19,00. MUSEU MARÍTIM DE BARCELONA
Av de les Drassanes s/n. Barcelona
INFORMACIÓN Y VENTA LIBROS
FUNDACIÓN IBO
Calle Major de Can Carelleu, 10. Barcelona. Tel 93 280 21 80
